15 nov 2011

En la parada del camión


Hace unos cuantos días me encontraba en la parada de camiones y como es de costumbre por lo menos en Mexicali no faltan los adictos rehabilitados pidiéndote dinero para su Centro de adicciones, uno de estos hombres, se me acerco y me dio un discurso acerca de porque debería donar dinero a su Centro, mencionando que había mujeres embarazadas, personas de la tercera edad y todas esas cosas que les dicen a la gente para conmoverlas, yo como todo un buen estudiante de la carrera de psicología me decidí a no reforzar su conducta diciendo: “ahorita no traigo”
Este sujeto dio media vuelta y se marchó balbuceando algo, yo quiero creer que decía “que dios te bendiga” pero eso nunca lo sabré, después en ese preciso momento se me acerco un hombre con una mochila de los rugrats muy maltratada y me dijo: “disculpe que lo moleste, llevo tres días en Mexicali, me deportaron de EUA y he estado buscando jale (trabajo) pero no encuentro, me da mucha pena pedir dinero pero solo me hacen falta cinco pesos para poder agarrar el camión”
La verdad no sé si me engaño y utiliza el mismo discurso para todas las personas, pero hubo algo que me hizo creerle y pues eran tan solo cinco pesos, así que acepte dárselos.
Después de esto el hombre se puso a un lado de mi para esperar el camión, esto me puso un poco incómodo ya que había una ligero pensamiento en mi mente que me decía: “y si te asalta”
Creo que el sujeto se percató de mi incomodidad y se apartó un poco, pasado unos cuantos minutos se voltio hacia mí y me pregunto: ¿le puedo contar una historia?
Esto me sorprendió un poco por dos razones:
Una, me encantan todo tipo de historias como se podrán dar cuenta y más si son para reflexionar, y dos, ¿qué tan probable es que un deportado te cuente una historia de la nada y que esta te mueva? (claro que en ese momento no sabía que esa historia me dejaría reflexionando por un buen rato).
Yo la verdad no soy muy creyente en Dios y esas cosas, pero la historia contada por ese sujeto me gusto demasiado, a pesar de ser religiosa,  me puso a pensar como en ocasiones las personas dejamos cosas que nosotros mismos podemos hacer o por lo menos realizar el intento, a otras personas o algún tipo de poder universal mayor a nuestra existencia, pero ya no diré más, ustedes realicen sus propias conjeturas.
La historia que me narro fue la siguiente:
Un día Jesús con dos de sus discípulos bajaron a la tierra para ver cómo estaban los humanos, después de pasear un rato a lo lejos ven a una persona que estaba empujando una camioneta,
Juan y Pedro le dicen: Maestro vamos, vamos a ver qué es lo que necesita.
Al momento de acercarse los discípulos se dan cuenta que esta persona al estar tratando de sacar su camioneta del lugar de donde estaba atascada, maldecía diciendo:
Chingado porque fregados nunca me ayudan, porque siempre tengo que hacer las cosas solo, porque tengo que estarme chingando, pinche lodo, pinche lluvia, pinche todo!!
El hombre estaba completamente enlodado tratando de sacar su camioneta
Y Jesús les dice a sus discípulos: ayúdenlo
Juan y Pedro sorprendidos le dicen: Señor pero es que ¿no estás viendo cómo se expresa de ti? ¿cómo se expresa de las cosas que tú nos estas dando?
Y Jesús menciona de nuevo: ayúdenlo
Entonces van juan y pedro y ayudan a esta persona a sacar la camioneta de donde estaba atascada.
Aun así, esta persona se fue completamente enojada sin agradecer a estos dos apóstoles (sin saberlo que lo eran) la ayuda que le habían dado.
Siguieron caminando,  Juan y Pedro marchaban muy callados, no habían entendido lo que el maestro trataba de enseñarles, más adelante vieron otra camioneta, en la cual estaba una persona dentro  rezando a dios, pidiéndole que le mandara a sus ángeles para poder sacarlo de esa situación, Juan y Pedro dijeron: Maestro vamos a ayudarle!
Y Jesús les dijo:
No,  que se baje, que se ensucie y luego le ayudamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario