Hace unos cuantos días me
encontraba en la parada de camiones y como es de costumbre por lo menos en
Mexicali no faltan los adictos rehabilitados pidiéndote dinero para su Centro
de adicciones, uno de estos hombres, se me acerco y me dio un discurso acerca
de porque debería donar dinero a su Centro, mencionando que había mujeres
embarazadas, personas de la tercera edad y todas esas cosas que les dicen a la
gente para conmoverlas, yo como todo un buen estudiante de la carrera de psicología
me decidí a no reforzar su conducta diciendo: “ahorita no traigo”
Este sujeto dio media vuelta y se marchó
balbuceando algo, yo quiero creer que decía “que dios te bendiga” pero eso
nunca lo sabré, después en ese preciso momento se me acerco un hombre con una
mochila de los rugrats muy maltratada y me dijo: “disculpe que lo moleste, llevo
tres días en Mexicali, me deportaron de EUA y he estado buscando jale (trabajo)
pero no encuentro, me da mucha pena pedir dinero pero solo me hacen falta cinco
pesos para poder agarrar el camión”
La verdad no sé si me engaño y
utiliza el mismo discurso para todas las personas, pero hubo algo que me hizo creerle
y pues eran tan solo cinco pesos, así que acepte dárselos.
Después de esto el hombre se puso a
un lado de mi para esperar el camión, esto me puso un poco incómodo ya que había
una ligero pensamiento en mi mente que me decía: “y si te asalta”
Creo que el sujeto se percató de mi
incomodidad y se apartó un poco, pasado unos cuantos minutos se voltio hacia mí
y me pregunto: ¿le puedo contar una historia?
Esto me sorprendió un poco por dos
razones:
Una, me encantan todo tipo de
historias como se podrán dar cuenta y más si son para reflexionar, y dos, ¿qué
tan probable es que un deportado te cuente una historia de la nada y que esta
te mueva? (claro que en ese momento no sabía que esa historia me dejaría reflexionando
por un buen rato).
Yo la verdad no soy muy creyente en
Dios y esas cosas, pero la historia contada por ese sujeto me gusto demasiado, a
pesar de ser religiosa, me puso a pensar
como en ocasiones las personas dejamos cosas que nosotros mismos podemos hacer
o por lo menos realizar el intento, a otras personas o algún tipo de poder
universal mayor a nuestra existencia, pero ya no diré más, ustedes realicen sus
propias conjeturas.
La historia que me narro fue la
siguiente:
Un día Jesús con dos de sus
discípulos bajaron a la tierra para ver cómo estaban los humanos, después de
pasear un rato a lo lejos ven a una persona que estaba empujando una camioneta,
Juan y Pedro le dicen: Maestro vamos, vamos a ver qué es lo que
necesita.
Al momento de acercarse los
discípulos se dan cuenta que esta persona al estar tratando de sacar su
camioneta del lugar de donde estaba atascada, maldecía diciendo:
Chingado porque fregados nunca me ayudan, porque siempre tengo que hacer
las cosas solo, porque tengo que estarme chingando, pinche lodo, pinche lluvia,
pinche todo!!
El hombre estaba completamente
enlodado tratando de sacar su camioneta
Y Jesús les dice a sus discípulos: ayúdenlo
Juan y Pedro sorprendidos le dicen:
Señor pero es que ¿no estás viendo cómo
se expresa de ti? ¿cómo se expresa de las cosas que tú nos estas dando?
Y Jesús menciona de nuevo: ayúdenlo
Entonces van juan y pedro y ayudan
a esta persona a sacar la camioneta de donde estaba atascada.
Aun así, esta persona se fue
completamente enojada sin agradecer a estos dos apóstoles (sin saberlo que lo
eran) la ayuda que le habían dado.
Siguieron caminando, Juan y Pedro marchaban muy callados, no
habían entendido lo que el maestro trataba de enseñarles, más adelante vieron
otra camioneta, en la cual estaba una persona dentro rezando a dios, pidiéndole que le mandara a sus
ángeles para poder sacarlo de esa situación, Juan y Pedro dijeron: Maestro vamos a ayudarle!
Y Jesús les dijo:
No,
que se baje, que se ensucie y luego le ayudamos.
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